Bienvenid@s herman@s

Hay mucha gente que no sabe que hacer, que se encuentran aburridos y comienzan hacer cosas sin sentido... Muchos no están aprovechando la excelente creación de nuestra especie, no usamos de manera correcta a la mente, y esto lleva a que se produzcan desastres. En mi opinión, la mente del ser humano es una parte del cuerpo en la que más hay que fijarle la atención, ya que se puede enfermar y llenar de basura, ya sea por culpa de uno mismo o por culpa de los demás...
¡Habitamos el planeta Tierra! ¡Nuestro jardín!
Creo que muchos se encuentran encerrados en sus casas con las puertas y ventanas bajo llave, en plena oscuridad sin saber nada de nada y ni de nadie, quizá no sabe lo que hay ni lo que sucede, ni conoce su mundo interior... Supongamos que la casa es la mente, y el que se encuentra adentro es la inteligencia, la experiencia, la capacidad, el arte, etc., toda la familia de esas palabras que describen a un ser bien desarrollado, a un ser para admirar, para seguir, a un ser que sabe mucho y no se le puede discutir, un ser que a través de sus palabras que salen de su boca y entran por el oído de otro llenan la mente de enseñanzas. Por ese motivo la gente debería abrir las puertas y ventanas de sus casas para que entre la luz y les de una mejor vista, para que entre aire fresco, aire con otro aroma. La gente debería abrir sus mentes para que entren más conocimientos sobre la vida en general, para que entre esa luz y les ilumine las cosas que nunca vieron, para que se conozcan más a sí mismos; abrir la mente, salir de sus casas, mirar la vida, ver colores, sentir aromas y sobretodo aprender a aprender... La calle alimenta mis queridos amigos...


lunes, 4 de mayo de 2009

Salir a la puta calle made in Powerfull system.

A veces me encuentro sólo y aburrido. Es una lucha constante con mi ser, con mi mente, con mis emociones que se taladran entre sí. Es una manera de encontrarme a mí mismo y aprender a pasarla bien sólo con la presencia de mi cuerpo.
A veces decido salir a la calle y ver historias, imaginar lo que piensan, ver sus velocidades, sus locuras, sus maneras de ser, etc. tan distintas a cada otro. En fin, salgo a la puta calle a distraerme un poco, quizá de mí, o de mi familia, o de lo que me haya empujado a ir a la calle. Pues en ella ya la cosa cambia, no sólo es distraerme sino también sentir emociones más fuertes y muchas cosas más.
Sea lo que sea, pase lo que pase, hay que salir a la fucking street y compartir. Uno puede ser feliz estando sólo con él mismo, pero la felicidad verdadera es aquella que se comparte.

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