Bienvenid@s herman@s

Hay mucha gente que no sabe que hacer, que se encuentran aburridos y comienzan hacer cosas sin sentido... Muchos no están aprovechando la excelente creación de nuestra especie, no usamos de manera correcta a la mente, y esto lleva a que se produzcan desastres. En mi opinión, la mente del ser humano es una parte del cuerpo en la que más hay que fijarle la atención, ya que se puede enfermar y llenar de basura, ya sea por culpa de uno mismo o por culpa de los demás...
¡Habitamos el planeta Tierra! ¡Nuestro jardín!
Creo que muchos se encuentran encerrados en sus casas con las puertas y ventanas bajo llave, en plena oscuridad sin saber nada de nada y ni de nadie, quizá no sabe lo que hay ni lo que sucede, ni conoce su mundo interior... Supongamos que la casa es la mente, y el que se encuentra adentro es la inteligencia, la experiencia, la capacidad, el arte, etc., toda la familia de esas palabras que describen a un ser bien desarrollado, a un ser para admirar, para seguir, a un ser que sabe mucho y no se le puede discutir, un ser que a través de sus palabras que salen de su boca y entran por el oído de otro llenan la mente de enseñanzas. Por ese motivo la gente debería abrir las puertas y ventanas de sus casas para que entre la luz y les de una mejor vista, para que entre aire fresco, aire con otro aroma. La gente debería abrir sus mentes para que entren más conocimientos sobre la vida en general, para que entre esa luz y les ilumine las cosas que nunca vieron, para que se conozcan más a sí mismos; abrir la mente, salir de sus casas, mirar la vida, ver colores, sentir aromas y sobretodo aprender a aprender... La calle alimenta mis queridos amigos...


viernes, 18 de diciembre de 2009

Antología de paredes pintadas

La semióloga Rosa Gómez Aquino habla de su nuevo libro ilustrado La voz del muro, en este caso con una vasta selección de los murales más destacados del arte urbano en Buenos Aires.



"Dale, metele pata", le dijeron cuando propuso el proyecto en la editorial. A partir de allí siguió un relevamiento exhaustivo de las paredes pintadas con imágenes de carácter artístico o al menos expresivo en los barrios de Buenos Aires. La autora Rosa Gómez Aquino llegó a acumular así cientos de fotos, que fue depurando poco a poco, hasta quedarse con las paredes mejor trabajadas y optar incluso por descartar algunos lenguajes del más rancio arte urbano, como los graffitis y los esténcils. Ni hablar de las pintaditas facilongas ni tampoco de stickers y pósters.

No lo dice tal cual en su conversación con Ñ, pero del proceso que cuenta Gómez Aquino es fácil deducir que La voz del muro constituye a fin de cuentas una antología de pintura creativa en las paredes de nuestra capital, trasladadas a las hojas cuidadosamente impresas de su nuevo libro, el primero de contenido esencialmente visual, a diferencia de sus publicaciones anteriores.

Además de proponer la obra y responsabilizarse por el mínimo texto escrito que con toda deliberación incluyó en ella, la autora tuvo a cargo las tomas fotográficas y su retoque posterior. El equipo de diseño de Del Nuevo Extremo se ocupó de los encuadres finales y del orden secuencial de las imágenes.

Esta vez Rosa Gómez Aquino investigó apenas los aspectos conceptuales o teóricos, los fundamentos, las motivaciones, los porqués y los para qué de los creadores de las obras que seleccionó. Anduvo mucho, en cambio. Meses y meses. Se miró todo. Fotografió a mansalva. Y luego eligió pacientemente. Las voces de los muros porteños se perciben ahora a partir de sus ojos vivaces. Contentos, además, por todo lo bueno que vio y rescató de la fugacidad del arte callejero.